Page 11 - Vanguardia Leana

Adentrándonos en lo que fue su niñez, uno de los momentos que más marcaron

su vida fue la separación de sus padres. Él, al sentirse afectado por lo que
conlleva esa situación, buscó refugiarse en el arte, siendo esta doctrina su
escapatoria de la realidad.

Aunque originalmente empezó a
explorar el mundo de la lectura y el
piano, no fue hasta los 7 años
cuando comenzó a dibujar
historietas, encendiendo así la llama
que nunca se apagaría. Su objetivo
cuando era niño y hasta la
adolescencia fue ser un gran y
reconocido caricaturista. Siguiendo
ese sueño, Waldo tomaba cursos por
correspondencia y pedía consejos a
reconocidas figuras del mundo de

las historietas cómicas, como el
autor de “Condorito”.

Waldo le preguntó cómo mejorar sus
historietas, pero Pepo le dió un sabio
consejo que le cambiaría la vida:

“Yo en ese tiempo seguía cursos por correspondencia, le escribí a Pepo y el me
dijo: ”Waldo no sigas con esos cursos, solo te entregan recetas, tu tienes que
saber hacerlo por tu propia cuenta, mejor vente a estudiar bellas artes en
Santiago. Yo tenía 15 años, tres años después llegué a Santiago a estudiar Bellas
Artes en la Universidad de Chile, pero ya no me interesaba ser caricaturista,
ahora me interesaba el arte”.

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