Page 72 - Vanguardia Leana
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El hecho de que los adolescentes pongamos en práctica los principios del rendimiento,
enfocándonos en lo que podemos lograr, nos conduce a un exceso de positividad. Lo cual,
como todo exceso, puede ser perjudicial. Esta positividad tóxica tiende a ser la causa de
diversas problemáticas en la sociedad actual. Actualmente, se prioriza el individualismo y se
busca maximizar la productividad para destacar en un entorno altamente competitivo, lo
que nos carga con el peso de este positivismo relacionado con nuestra capacidad de
acción.
Según Han el exceso de trabajo y rendimiento se agrava y se convierte en autoexplotación.
Este enfoque resulta mucho más eficaz que la explotación por parte de otros, ya que se
experimenta con un sentido de libertad. En este contexto, el explotador es al mismo tiempo
el explotado, es decir, ya no existe la diferencia entre lo conocido como víctima y verdugo.
Esta autorreferencialidad crea una libertad
paradójica que, debido a las estructuras de
obligación inherentes, se transforma en
violencia. Las enfermedades mentales en la
sociedad de rendimiento representan
precisamente manifestaciones patológicas de
esta paradoja de la libertad.
La obsesión por el rendimiento académico o la
falta de éxito en esta área son problemas que
afectan a nivel institucional, en diferentes
países y a nivel global. Estos problemas están
relacionados con nuestra capacidad de
acción y la idea de esforzarnos por dar lo
mejor de nosotros mismos, buscando la
autosuficiecia en todos los aspectos de la
vida.
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